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UN CURA SE DESNUDA EN MISA Y SE FLAGELA PARA RECLAMAR SU JUBILACIÓN

 

El Cielo le pidió paciencia pero el viejo siervo de Dios ya no aguanta más. Mosén Antoni Viñas, de 78 años, decidió desnudarse y flagelarse el pasado domingo, durante la celebración de la eucaristía en la parroquia de Sant Miquel de Fluvià (Girona), para reclamar su jubilación, denunciar la falta de vocaciones sacerdotales y, de paso, pedir perdón a sus feligreses por sus pecados. El problema es que el pueblo no supo entender su acto.

La historia podría resultar cómica si no fuera porque el párroco hace tiempo que debería estar retirado y atendido convenientemente y, en cambio, y pese a su avanzada edad y sus achaques físicos y mentales, aún debe cuidar de las almas de varias parroquias. 

El suceso, que definitivamente ha adquirido tintes de dramatismo, ocurrió el domingo, durante la misa que celebraba la fiesta de la Santa Espina y de la gente mayor del pueblo, el párroco puso música de Beethoven, empezó a hablar de la muerte de sus padres y mostró a los feligreses una foto de su infancia.

Luego, ante la atónita mirada de la grey, se quitó la casulla con ayuda de los monaguillos, se despojó de la camiseta y se quedó con unos pantalones por debajo de las rodillas y unas sandalias. Cuando se disponía a quitarse el cinturón para quedarse en bañador y flagelarse, le pararon los pies.

Mosén Antoni Viñas presentó su renuncia al cumplir los 75 años, hace 3, pero el obispado le pidió que siguiera al frente de las parroquias de la zona por la falta de curas. Sin embargo, el tiempo ha ido pasando y los propios vecinos reconocen que el párroco ha ido descuidando progresivamente su aspecto y su higiene personal, además de sufrir daños corporales que ya le inhabilitan para el servicio pastoral.

Dicen en el pueblo que, desde hace meses, el cura llora sin motivo aparente, apenas come y parece sufrir una profunda depresión. Además, mosén Antoni Viñas, a quien también se le han observado ciertas extravangancias, como la del pasado domingo, vive sólo en Girona. 

El obispado ha emitido una nota en la que dice que en las próximas semanas tomará una decisión «buscando el bien de mosén Viñas», pero el párroco ha confesado que el vicario general y el obispo ya le han comunicado que finalmente aceptan jubilarle. «Es una forma elegante de echarme», ha admitido sin tapujos.

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